L´escriptori Clínic

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Actualitat Sanitària

dijous, 8 de gener del 2009

Contreure una hepatitis a l'ambulatori

ERRADES EN ELS SISTEMES DE CONTROL







Contreure una hepatitis a l'ambulatori
Sortir de la consulta amb un llogater indesitjat, el virus de l'hepatitis B o C, sembla ser un problema creixent als Estats Units. Una anàlisi dels brots infecciosos d'aquestes dues malalties revela que en l'última dècada més de 400 persones han contret aquestes infeccions en ambulatoris, centres de diàlisi i residències per culpa de pràctiques irregulars. En els hospitals, tanmateix, els sistemes de prevenció semblen funcionar millor ja que només es van detectar 48 contagis.

Més informació en Castellà:
Artículo original : Nonhospital Health Care–Associated Hepatitis B and C Virus Transmission: United States, 1998–2008 (texto completo hay que esperar 6 meses a que sea gratuito)

Los autores revisaron los registros de los Centros para el Control de Enfermedades de EEUU en busca de brotes infecciosos por el virus de la hepatitis B o C (VHB o
VHC) que se hubieran producido en la última década en centros sanitarios que no fueran hospitales.
Dieron con 33 episodios que encajaban en sus requisitos en los que se vieron implicadas, al menos, 448 personas, cifra que debería considerarse, según aseguran los propios investigadores, como "la punta del iceberg". 18 de estos brotes tuvieron como protagonista a la hepatitis B (173 afectados), 16 fueron de hepatitis C (275 afectados) y uno a ambos tipos de virus.


En todos los brotes descritos, "el incumplimiento de los principios fundamentales para el control de infecciones por parte del personal sanitario está detrás de la transmisión de paciente a paciente", explica el estudio. La anestesia, la reutilización de jeringuillas y de otros productos, como dispositivos para medir la glucosa en sangre, son algunas de las principales vías de contagio.

En el caso de los ambulatorios o consultas externas se registraron siete brotes con el resultado de 235 infectados por el virus C y 76 por el virus B de la hepatitis. Además de la reutilización de jeringas, la contaminación de fármacos inyectables también contribuyó a la transmisión de estas enfermedades. Cerca de 16.000 personas pudieron haberse contagiado.

Los 40 casos restantes de hepatitis C, una enfermedad crónica para la que no existe cura, se produjeron en seis clínicas de diálisis. Mientras, 97 personas que permanecían ingresadas en 15 residencias contrajeron el VHB.

"Todos estos episodios podían haberse evitado de haber seguido de forma correcta las prácticas básicas para el control de infecciones, que son aplicables en cualquier centro sanitario", señala el trabajo, publicado en '
Annals of Internal Medicine'.

Prueba de que estos sistemas de prevención son útiles es el hecho de que en el mismo periodo de tiempo (entre junio de 1998 y junio de 2008) en los hospitales estadounidenses sólo se produjeron siete brotes que afectaron a un número mucho menor de personas (48).

Los autores de esta revisión subrayan que el problema que esbozan estas cifras es, probablemente, mucho mayor, debido a que muchos brotes podrían pasar desapercibidos dado el largo tiempo de incubación de los virus y la dificultad para asociar el contagio a un centro concreto.

En España, se estima que en torno al 2% de la población, más de 800.000 personas, está infectado por el VHC y unas 300.000 tienen hepatitis B, que es la décima causa de muerte en el mundo.

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